Fobias y espectro autista

Una fobia es un tipo de ansiedad caracterizada por un miedo excesivo e irracional a un objeto o acontecimiento concreto. Puede darse tanto en niños como en adultos. Aunque los adultos pueden reconocer que su

Aunque los adultos pueden reconocer que su miedo es irreal, pueden seguir luchando para controlarlo o evitar las reacciones físicas y emocionales cuando se enfrentan al objeto de su fobia.

Cuando una persona se encuentra con un objeto o acontecimiento que desencadena un miedo intenso, pueden producirse varios tipos de respuestas: sentimientos de pánico, miedo intenso e impotencia; temblores, sudoración, mareos, aumento de la frecuencia cardiaca, hipertensión arterial, sequedad de boca, etc.

La evitación es una característica

característica clave de la fobia. Una persona puede empezar a evitar lugares, situaciones o acontecimientos relacionados con su miedo, lo que puede provocar trastornos importantes en su vida cotidiana. Cuando se trata de niños con espectro, la ansiedad puede manifestarse indirectamente a través de rabietas, arrebatos o un desafío inexplicable.

Es importante que los padres respondan con sensibilidad e intenten

entender el origen de la ansiedad en lugar de empeorar involuntariamente la situación con ira. Un psicólogo experto en autismo puede ayudar a identificar las causas profundas de la ansiedad.

Las investigaciones indican que las fobias son especialmente frecuentes entre los individuos del espectro autista. Más de la mitad de las personas diagnosticadas de trastorno del espectro autista (TEA) padecen diversos trastornos de ansiedad, incluidas las fobias. Entre los factores que contribuyen a ello pueden figurar una mayor sensibilidad sensorial y dificultades de comprensión social, que provocan malestar y un fuerte deseo de evitar el contacto con la fuente del miedo. Otra posible razón en algunos casos es la

dificultad para expresar los sentimientos de malestar a quienes les rodean, lo que intensifica y agudiza la sensibilidad hasta un nivel insoportable.

Los miedos inusuales se documentaron por primera vez hace setenta años. Se observó que los niños del espectro solían mostrar reacciones de miedo extremo ante ruidos fuertes, objetos en movimiento o elementos cotidianos como juguetes mecánicos, agua corriente, aspiradoras o el viento. Según estudios recientes, el 40% de los niños autistas experimentan miedos inusuales, frente al 0-5% de los niños neurotípicos o con autismo.

niños neurotípicos o niños con otros trastornos del desarrollo. Una fobia especialmente interesante y común es el miedo a los insectos y a las picaduras. Se sugiere que los individuos del espectro tienen una aversión especial a la sensación de ser tocados inesperadamente, como a veces lo hacen insectos como los mosquitos.

Mientras que ciertas fobias, como el miedo a las serpientes o a la soledad, son comunes entre los neurotípicos, los individuos del espectro suelen mostrar fobias menos típicas, como el miedo a las tormentas eléctricas, a los retretes o a las hormigas.

Una fobia especialmente difícil es el miedo a las visitas al médico, que se trata en otro artículo de nuestro sitio web.

en otro artículo de nuestro sitio web. Otra fobia importante es el miedo a la escuela, a menudo causado por exigencias sociales que no se adaptan a sus necesidades únicas.

El tratamiento de las fobias en individuos del espectro autista es similar al de los neurotípicos. Implica un proceso gradual de exposición al objeto o acontecimiento temido en un entorno seguro, técnicas avanzadas como la terapia de realidad virtual y el trabajo con un psicólogo cualificado especializado en autismo y trastornos de ansiedad. Las fobias, especialmente en niños y adultos del espectro autista, pueden afectar significativamente a la calidad de vida, pero la buena noticia es que existen tratamientos eficaces y adaptados. Mediante la identificación precoz, la comprensión y la intervención profesional, las fobias pueden tratarse eficazmente, mejorando el bienestar de niños y adultos.